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sábado 21 diciembre 2024
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Herramientas concretas por la equidad

La aparición organizada de las mujeres en ATE fue en el año 1944 cuando vimos en nuestra organización una herramienta para pelear por nuestros derechos. En otro hecho emblemático, el Plenario Nacional de Trabajadoras de ATE en 2016, debatió y aprobó  la paridad como un reclamo de todas. No es algo aislado, estamos recuperando un debate de muchas compañeras que a lo largo de la historia han peleado por sus derechos.
En la sociedad patriarcal en que vivimos, organizada sobre la base del poder dominante del varón, se asignan roles que tienen fuerza de mandato. Por ser mujeres estuvimos históricamente destinadas al hogar, al cuidado, al ámbito privado. La lucha del movimiento de mujeres introdujo cambios en la organización social y en el sistema de dominación que, para sobrevivir, tiene que aggiornarse. Pero como trabajadoras, también estuvimos destinadas a trabajos  relacionados con esos roles, y no por trabajar nos liberamos de los mandatos de género. Esto, sin duda, condiciona nuestra participación política. En el sindicato se requiere disponibilidad y tiempo para ejercer los cargos, y permanencia.
Esto no significa que no estemos preparadas para conducir. Es un prejuicio que esquiva el debate verdadero: si nuestros roles en la sociedad fueran equitativos podríamos todos y todas militar de igual forma en el gremio, en los partidos, en la sociedad de fomento y en todos lados.
Para que las mujeres rompamos con esos roles asignados y salgamos empoderadas a disputar al espacio público, necesitamos herramientas concretas como la paridad y la alternancia. Tal como señalamos en el documento «Transformando nuestra ATE hacia mayor democratización y equidad de género», elaborado por la Dirección de Género del CDN: «El compromiso de ATE en materia de igualdad de género, el empoderamiento y los derechos humanos nos debe hacer revisar nuestras prácticas y es necesario que cada una de nosotras y cada uno de nosotros en nuestra organización, garanticemos que se adopten acciones decisivas, visibles y cuantificables hacia la igualdad de oportunidades y trato».
Por Marta Galante



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